LOS 10 AUTOS DE GIOVANNI RIBOTTA

Aprendí a manejar con el auto de mi tío. Era un Fiat 127 tan viejito que tenía más o menos mi edad en ese momento (16 años). Finalmente lo terminé “heredando”, así que también fue mi primer auto. Tenía 4 marchas y no pasaba los 105 km/h. Pero a pesar de eso, y de que ya no andaba muy bien, tengo los mejores recuerdos con ese 127. Me acuerdo también que era verde, un color bastante inusual para los Fiat de aquella época.

Tres años después, trabajando en varios lugares (como un bar, un supermercado y un laboratorio), pude juntar unas liras para comprarle a mi padre el que era el segundo auto de la familia. Así que podría decirse que ese fue mi verdadero primer auto. El 306 era un auto muy interesante, en cuyo diseño había participado Pininfarina.

Era mi sueño por esos días (1997). Era un auto muy pequeño con un motor muy potente, pero lo que más me gustaba era el diseño. Era muy limpio, simple y a la vez deportivo.

En la empresa tengo la oportunidad de cambiar el auto cada año y ahora estoy manejando una Giulia. Es un auto espectacular y estoy muy contento porque hasta hace unos años, por razones familiares, tenía que elegir autos menos deportivos, como el Fiat 500L o el Jeep Renegade. Y la Giulia es un auto realmente sport; comparado con los anteriores se siente como un karting. El diseño lo conozco bien porque pude ir siguiéndolo durante todo el proceso. Fue un gran desafío, muy estresante para el equipo, pero creo que salió bastante bien.

Es el auto de mis sueños; el que pondría en el living de mi casa para poder admirarlo todos los días. Lo adoro desde que era un niño y ahora me doy cuenta de que combina dos de mis pasiones con los autos: el diseño y el rally. La manera en la que la silueta de cuña se combina con las redondeces en los guardabarros, las luces de cola atrás, el parabrisas envolvente tan característico de Bertone… todo se combina para hacer una de las macchinas más bellas de todos los tiempos.

De nuevo Pininfarina, un auto super cool, único. Una belleza. En esa época Lancia era el epítome de la creatividad y la innovación, sobre todo en ingeniería. Y en aquella época había una relación entre Lancia y Maserati como la que hay hoy entre Maserati y Ferrari.

Es una obra de arte. La silueta perfecta para mí. Tiene unas proporciones impecables y me encanta la forma en la que la cintura cae hacia la cola, todo lo contrario de lo que se hace hoy. La descomposición de volúmenes es muy delicada, a diferencia del estilo Maserati, que es mucho más fuerte. Verla en el rojo correcto y con el cavallino al costado… ¡Mamma Mía!

Fue un auto muy importante para Maserati, porque en ese tiempo los autos todavía eran bastante redondeados y esta fue la interpretación de la marca de un auto con forma de cuña, superficies planas, aristas bien marcadas e incluso la desaparición de la parrilla, un elemento clave para Maserati. El salto desde lo que se venía haciendo fue enorme pero el resultado fue igualmente sensual y puro. Fue de hecho el primer diseño de Giugiaro para Maserati, cuando todavía estaba en el estudio Ghia.

Perdón si sigo con los Maserati, pero son los autos que llevo en el corazón. Para mí este es otro súper Maserati porque es sumamente clásico (con una silueta similar a la Ferrari 250), y contiene muchos de los elementos icónicos que seguimos usando como inspiración. La idea del fuselaje central y los guardabarros abultados, la parrilla prominente que le da un carácter inconfundible; incluso las muescas que conforma un tridente en la salida de aire lateral, un elemento que ahora aplicamos pero en forma horizontal. Pero más allá de todo eso es una macchina bellísima.

Fue uno de los autos favoritos de mi infancia, en la época en la que empezaron a aparecer los superdeportivos. Tenía un poster en mi cuarto del M1 con los colores oficiales de BMW. Podría parecer raro que sienta tanta atracción por un auto alemán, pero no hay que olvidar que quien estuvo detrás de su diseño fue Giugiaro. De hecho, me alegra muchísimo verlo aquí en esta revista [N. del E.: al momento de la entrevista, Giovanni tenía en sus manos un ejemplar de MiuraMag #4].

No puedo dejar de poner en la lista este auto, porque es como mi “bebé”. Fue el último auto que propiamente “diseñé”, en competencia con mis colegas, antes de hacerme cargo de la jefatura del departamento de diseño exteriorde Maserati. Un tiempo antes mi propuesta para el Quattroporte había perdido contra la de Pininfarina, así que la adapté a los requisitos del Ghibli y finalmente llegó a producción.