LOS 10 AUTOS DE CHIKA KAKO

Fue el primer auto que compré luego de haber aprendido a manejar. Esto fue por supuesto en Japón, cuando tenía 19 años. Tomé clases en una academia para obtener mi licencia de conducir, y una vez que lo hice pude comprar este vehículo. Era un pequeño auto citadino y recuerdo que tenía transmisión manual.

Este fue el segundo auto que tuve, también en Japón. Creo que el Celica es un auto tan significativo para la historia de la industria automotriz japonesa que no necesita ninguna clase de presentación. Por mi parte, fue un gran salto a un auto mucho más deportivo y emocionante que el Starlet. Realmente lo disfruté mucho.

Por mi trabajo tuve la oportunidad de viajar a Europa, específicamente a Bruselas, donde había una división de R&D [N. del E.: por Research and Development o Investigación y Desarrollo]. Por aquel entonces me desempeñaba como ingeniera de materiales en Toyota, y era en ese lugar donde se daba soporte a todos los proyectos de Europa en ese área, principalmente en el desarrollo de nuevos materiales y todo tipo de partes. Mi principal objetivo era trabajar en mejorar la calidad interior y la percepción sensorial de los materiales. En lo personal quería disfrutar de esta experiencia junto a un auto bien europeo, y es por eso que pensé en el Avesis Wagon, manual y con motor diésel. Luego de terminar mi asignación volví a Japón y comencé a trabajar en Lexus.

Luego de retornar a mí país y dada la experiencia que había adquirido durante los tres años que estuve trabajando en Europa con los interiores de los vehículos y el enfoque en la calidad quise probar una marca de lujo, y es por eso que elegí al Audi TT de primera generación. En ese momento Lexus tenía sedanes muy grandes, que eran demasiado para mí. Volviendo al TT, es un auto que me gustó muchísimo y que siempre recordaré.

Este es el auto que utilizo actualmente para movilizarme a diario. Es un hatchback relativamente pequeño, que conozco bastante bien porque fui la ingeniera en jefe del proyecto. Considero que es un vehículo muy ágil, y que además transmite cierta deportividad que encuentro muy satisfactoria.

Si me tuviera que imaginar el garage de mis sueños y no tuviera restricciones presupuestarias, el primer auto que se me viene a la mente es un Aston Martin DB9. Simplemente adoro ese auto.

Para mí, Porsche representa lo máximo de la industria automotriz en cuanto a la perfección ingenieril de sus automóviles. Y el 911 es sin dudas la máxima expresión de Porsche, por historia, evolución y legado. Y su performance hace que sea un referente indiscutido.

Era el auto que solía manejar mi padre y del cual tengo muchísimos recuerdos durante mi infancia y adolescencia. El Cresta era un sedán simple y básico, de esos que nunca llegaron a exportarse a los mercados occidentales. Pero era muy noble y confiable.

Es el vehículo en el que creo que más pude influenciar en su concepción. Queríamos que fuera muy agradable de conducir y por eso, a pesar de tratarse de un crossover, utilizamos a los hatchbacks de su segmento (A3, Serie 1, Clase A) para realizar el ejercicio de benchmarking. Prestamos especial atención al comportamiento dinámico y al confort interior, como así también a la posición de manejo. Además, hicimos un ejercicio de ingeniería inversa y desmantelamos a los vehículos de la competencia para analizarlos más en detalle y prestarle atención al tema de la reducción de peso.

Como me gustan las coupés deportivas, este modelo de la marca sencillamente me encanta y es uno de mis favoritos. Sin embargo, tengo que admitir que dada mi estatura encuentro a la posición de manejo de este auto un tanto desafiante. ¡Debo levantar bastante la butaca para poder ver bien!