El 308S GTi es un deportivo de ley. Tanto su motorización como su comportamiento dinámico le confieren un carácter feroz, que a su vez está anestesiado con maestría si no se despierta a la bestia. Tiene el conocido motor THP de 1,6 litros con turbo, sistema twin scroll e inyección directa, pero con una puesta a punto especial de Peugeot Sport que le elevó la potencia a 270 CV, un rendimiento asombroso para su cilindrada. Para bajar al piso esa potencia –solo en el tren delantero– dispone de un diferencial autoblocante del tipo Torsen (Torque Sensitive), que envía la fuerza del motor a la rueda que más lo demanda, minimizando patinamientos. La caja es manual de seis relaciones, lo que eleva aún más la deportividad del conjunto. Los frenos son de generosas dimensiones y performan realmente muy bien. El chasis y las suspensiones están puestos a punto con maestría, ya que el auto se comporta excelentemente en situaciones dinámicas y muestra un andar no tan duro en la ciudad. Cuando se activa el modo Sport y se desconecta el ESP el auto se muestra furioso e histriónico, casi incontrolable; si se lo conduce con suavidad, es un hatchback muy tranquilo y civilizado. 6 segundos para alcanzar los 100 Km/h, una velocidad máxima limitada de 250 Km/h y una relación de peso-potencia de 4,46 kg/CV grafican la deportividad del 308S GTi, que solo parece no estar acompañada como se merece por el sonido del motor y del escape, que son algo anodinos si tenemos en cuenta el potencial del auto.
Consejo: Acorde a las expectativas que genera la sigla “GTi”, este 308 es un auto ideal para aquellos que estén buscando obtener grandes dosis de adrenalina, un control dinámico digno de un purasangre y dejar parados a casi todo el resto de los autos a la salida de un semáforo. Y todo sin resignar la practicidad de contar con 4 puertas y 5 plazas reales.