Como era de esperar, la Strada no es un vehículo que despierte demasiadas emociones. Fue concebido para trabajar, llevar carga y personas, todo cuidando los costos. Los motores son nafteros de acotada cilindrada, de entre 85 y 99 CV, una gama más simple que la generación anterior. Los consumos son buenos y la durabilidad (al menos en el conocido 1.4 8V) parece asegurada. Y sobre el E-Locker, presente en toda la gama, podemos decir que esta solución electrónica es mucho menos efectiva que el Locker mecánico de la versión anterior.