¿Qué es? Un pequeño vehículo eléctrico triplaza de Toyota, para seguir proponiendo ideas y explorar posibilidades de movilidad en el futuro inmediato.

¿Qué hay de nuevo? Mucho, tomando como referencia los autos tradicionales. No tanto para Toyota, que ya viene experimentando con este tipo de vehículos desde hace tiempo. Una de las características más interesantes es que el vehículo puede inclinarse en las curvas (hasta 10 grados la carrocería y las ruedas delanteras, mientras que las traseras se mantienen verticales), tal como el triciclo i-Road presentado en Ginebra allá por 2013, aunque este solo podía transportar dos personas en tándem. A partir de ese entonces Toyota trabajó mucho la idea, reflexionando sobre todo en las condiciones de uso y las necesidades de relacionamiento de los pasajeros entre sí y de los pasajeros con el vehículo durante su uso, que además declara tener capacidades autónomas. De ahí surgió el nuevo layout de 3 plazas, una posición de manejo relajada, la ausencia de pedales (se controla con un joystick) y de tablero de instrumentos (reemplazado por un HUD). Toyota promete un alcance de 200 km por carga, suficiente para transitar por pequeñas y medianas ciudades.

¿Qué tal está? Como concepto de movilidad es muy interesante. La incorporación de una tercera plaza y un eje trasero con dos ruedas lo hacen ver más como un “auto” y menos frágil, comparado con el i-Road, aunque sigue manteniendo un aspecto que parece salido de una película de ciencia ficción. Es muy interesante también cómo está resuelto el interior, súper simple y orgánico, al que se accede por grandes puertas que se abren estilo “mariposa”. Es un vehículo que claramente no será un objeto de deseo para petrolheads, pero con el endemoniado tránsito actual no vemos la hora de que este tipo de productos conquisten el mercado.

¿Pasará a producción?  No, pero es seguro que Toyota seguirá experimentando con nuevas versiones de este concepto hasta dar con el que llegue a las líneas de montaje.