¿Qué es? La nueva versión del modelo pequeño más icónico y también el más vendido a nivel mundial –5,4 millones en los últimos 12 años– de Suzuki para el segmento de autos chicos (B).

¿A qué apunta? A mantener la esencia y la diversión al conducir típicas del modelo anterior (que data de 2010), pero aggiornadas a las últimas tecnologías de motorización y seguridad.

¿Qué hay de nuevo? Prácticamente todo. Para empezar, su mayor diferencial que pasa por su particular diseño. La nueva versión respeta el carácter distintivo y el ADN de la versión original, que siempre lo pusieron en el lugar de “Mini oriental” (el parabrisas vertical; la línea de cintura plana que continúa desde el capot; el techo “flotante”  gracias a los pilares A y C mascarados en negro). La trompa perdió algo de carácter, pero se compensa con una postura mucho más musculosa y enérgica que enfatiza la promesa de diversión y agilidad que propone la mecánica. Esta adopta la nueva plataforma HEARTECT que ya emplean el Baleno y el Ignis. Esto le permitió reducir su peso en 120 kg, aumentar la rigidez estructural y crecer en dimensiones interiores y de baúl –54 dm³, para alcanzar un total de 254 dm³– con prácticamente las mismas dimensiones exteriores (el largo es de 3.84 m). Sus motores son un 1,2 Dualjet –atmosférico con doble inyección de combustible– y 1,0 turbo de tres cilindros, que pueden ir asociados a cajas manuales, automáticas o de convertidor de par. Los ligeros 890 kg de peso prometen ser movidos con agilidad por estos pequeños pero eficientes motores, en pos de mantener la esencia dinámica y divertida del Swift. El equipamiento vio mejoras fundamentalmente en el apartado de seguridad, ya que incorpora frenado autónomo, asistencia para mantenimiento de carril y control de velocidad crucero adaptativo. Otra novedad es que ofrece un sistema denominado SHVS, que incluye in motor-generador eléctrico cuyo objetivo es recuperar parte de la energía disipada al frenar y utilizarla cuando el auto acelera de parado o durante las aceleraciones. Gracias a él tanto el consumo como las emisiones contaminantes se ven reducidas.

Veredicto Miura: Una renovación profunda que supo mantener la esencia distintiva del modelo. Los cambios afectaron prácticamente todos los aspectos del vehículo que, si bien se valía de sus atributos característicos para mantenerse en el mercado, su edad lo relegaba. Ahora cuenta con la última generación en aspectos como mecánica y seguridad, que volvieron a colocar al Swift como referente en el apartado de tecnología y modernidad. Es para destacar el sistema pseudohíbrido que emplea para recuperar energía en las frenadas, toda una novedad para este segmento de vehículos y que refleja el alto nivel tecnológico que ahora exhibe el pequeño Suzuki. Respecto del exterior, si bien las líneas redondeadas le dieron un aire fresco y le aportan modernidad –hasta generan simpatía–, perdió un poco del carácter atemporal de las anteriores versiones. Sin embargo, se mantiene como un “distinto” en su segmento.

¿Llegará a la Argentina?  Probablemente, pero aún no hay nada confirmado al respecto.