Rusia

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Cuando era la Unión Soviética atrasaba 20 años con respecto al resto de Europa, pero había convicción en aquellos Lada derivados del Fiat 125.

GLORIA O SIBERIA. Nada menos que el local. Y nada menos que Rusia. ¿Un poquito de presión para este equipo? No, para nada… solo que al Camarada Putin no le gusta perder ni a las bolitas, y menos en su casa. Así que hay que pasar de ronda a como dé lugar, porque cualquier resultado que sea menos de cuartos de final será un fracaso. El problema con Rusia es que nunca fue un gran equipo. Cuando era la Unión Soviética atrasaba 20 años con respecto al resto de Europa, pero había convicción en aquellos Lada derivados del Fiat 125. Ahora hay muchos más jugadores, varios de primer nivel, pero casi todos son “CKD”, y se sabe que esos no transpiran la camiseta como los de producción genuina, y ni que hablar de los nativos.

Con este panorama, no hay mucho margen para tomar riesgos innecesarios, así que Rusia se despliega en el campo con el archiconocido esquema 4-4-2: marcación en zona, poco espacio entre líneas y mucho pelotazo. Al arco va el Ford Transit, un gigante que entró por la ventana del reglamento. Juega clavado debajo de los tres palos. Los marcadores centrales son “de la casa”: Lada Kalina y Lada Vesta SW. No son ningunos genios pero el apellido los va a hacer dejar todo en la cancha. Raspar carrocerías y cuidarse de las amarillas es la consigna para ellos. Por los laterales van el Datsun mi-Do, otro voluntarioso, y el BMW X5, un gran jugador pero no hay que esperar de él el mismo desempeño que tendría con la camiseta alemana. Igual es clave para ganar de arriba en jugadas con pelota parada en las dos áreas.

La línea de 4 volantes tiene una concesión para la gente: el Lada 4×4 (antes llamado Niva) va con la 5 y es el símbolo del equipo. Ya tiene poco para dar, pero inspira a la afición. Si se rompe (suele hacerlo), el Lada XRay está presto para saltar a la cancha. Al lado juega el Renault Kaptur (con K), con bastante más despliegue. Por el lateral izquierdo va el Mazda 6, la debilidad de ese DT. Un jugador elegante, atlético, con pegada y desborde. No le gusta el roce, eso sí. Y por la derecha va el Kia Rio, un favorito de la gente en estas tierras. Ligerito y con panorama, su función es tapar la salida rival y conectarse con el Kaptur para generar volumen de juego.

Las dudas del equipo están arriba. El Opel Insignia es un jugador fino, parecido al Mazda, con más panorama pero menos convicción. Y adelante, bien de punta, va uno que ya estaba retirado pero volvió por pedido del Kremlin. Es el Marussia B2, único delantero pura sangre que dio la tierra de Tolstoi, que pintaba para estrella pero se quedó sin nafta a mitad de camino. Su estado físico es una incógnita y su intermitencia es una certeza. Pero es un favorito de los oligarcas de Moscú, que pisan fuerte en la Federación.

La clave de este equipo ruso está en el trabajo de incentivación en el vestuario. Pero también contaremos con un poco de ayudín de los árbitros y eventualmente un poco de octanaje extra en la nafta. Y, si hiciese falta, siempre puede aparecer un poco de kerosene en los bidones de los adversarios. ¯\_(ツ)_/¯

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