El Cerato refleja los elevados estándares de calidad que alcanzó la marca de Corea del Sur, algo que logró hace ya varios años siguiendo la receta japonesa. Todo en el auto transmite calidad, durabilidad y una sensación de irrompibilidad que infunde confianza. En el interior nos encontramos con materiales simples, que no pretenden ser sofisticados, pero que se perciben de buena calidad y con un encastre excelente; tocar las teclas y cerrar los ventiletes se siente diferente en este auto. Los asientos son cómodos y están tapizados en cuero, pero tienen una sujeción lateral muy sutil. El conductor dispone de múltiples ajustes manuales, incluyendo regulación en altura y profundidad para la columna de dirección. Esto permite alcanzar una óptima posición de manejo, que se podría mejorar aún más de contar con regulación lumbar. Todos los plásticos son duros, aunque algunos tienen una textura diferente que intenta proporcionarle un poco más de vida y modernismo a un interior que en líneas generales parece algo atrasado en el tiempo; el anacrónico relojito digital con números rojos que corona la consola central no hace más que reforzar este aspecto algo vetusto, máxime que la tipografía del mismo está alineada con la del climatizador, que es de doble zona. El equipamiento de confort no defrauda, con un pack eléctrico completo (las ventanillas traseras no tienen one touch), techo solar, luces automáticas, espejo electrocrómico, caja automática, una bonita pedalera de aluminio, salidas de aire acondicionado y apoyabrazos en el sector trasero, regulador de velocidad (no tiene limitador y curiosamente no muestra la velocidad a la que está seteado), entre otros. Además, tiene algo que hoy pocos vehículos traen y que nos gusta mucho, que es una extensión de plástico en el extremo de los parasoles delanteros que se puede desplegar y así tapar bien el sol cuando está de costado. Este pequeño artilugio ejemplifica el cuidado por los detalles y por la funcionalidad que tiene el Cerato, por encima de cuestiones asociadas al diseño o más “intangibles”. La fidelidad del equipo de audio es correcta, aunque podría ser un poco mejor; y por el segmento del vehículo llama la atención la falta de sistema keyless. En cuanto al andar, se percibe muy sólido, bien construido, que demuestra una capacidad de absorber irregularidades con una contundencia y autoridad notables; parece que uno estuviera en un vehículo de un segmento superior en ese sentido, pero no nos sorprende porque es algo que caracteriza a los modelos del grupo coreano (Kia-Hyundai). En ciudad es confortable sin llegar a ser blando, y en ruta se muestra lo suficientemente firme como para circular con gran confianza y seguridad; el conjunto es muy equilibrado. La dirección es suave y muy confortable, aunque no es muy directa. Respecto de la insonorización, es correcta ya que el vehículo filtra muy bien el ruido a neumático, pero permite que llegue un poco de ruido a viento en la ruta y en general de todo lo que está pasando alrededor, pero siempre dentro de los límites aceptables. Lo que sí se escucha un poco más de lo esperable es el motor, fundamentalmente cuando aumenta el régimen, situación no tan poco frecuente dados los rebajes algo violentos que realiza la caja automática cuando se demanda con el pie derecho, que busca envueltar al perezoso impulsor en búsqueda de potencia.
Consejo: Si para vos es muy importante sentir que el vehículo está bien construido, desde la sensación que te proporciona el andar hasta la interacción con sus teclas y comandos, el Cerato te va a gustar. Tiene la solidez que caracteriza a los vehículos orientales y todo en su interior transmite durabilidad.