La Q5 es un vehículo brillante, capaz de resolver virtualmente cualquier desafío, a excepción de no llamar la atención. Excelente habitabilidad –excepto en la quinta plaza–, amplio baúl, muchos portaobjetos, plazas traseras regulables longitudinalmente y en inclinación son solo algunas de sus virtudes. Pero su gran tamaño, la falta de cámara de retroceso y la rueda de auxilio temporal que viene desinflada le restan en este apartado.