¿Qué es? El reemplazo del monovolumen Meriva, que ahora Opel denominó Granland y lo convirtió en una propuesta intermedia entre monovolumen y una SUV light para el Segmento B (chico).

¿A qué apunta? A adaptar su propuesta a la creciente demanda de vehículos SUV con cualidades –o pretensiones– offroad.

¿Qué hay de nuevo? Para empezar, el diseño luce mucho más conservador que la Meriva, que era bastante jugado y resaltaba por sus puertas del tipo suicida, una línea quebrada en las ventanillas laterales y un portón trasero que continuaba el color negro de la luneta. Todo eso se perdió en pos de adoptar el lenguaje de diseño esperable de un SUV light, que hasta incluye una pintura bicolor al estilo Renault Captur. El interior también cambió bastante, abandonando una consola llena de teclas para adaptar una más moderna y neta que está dispuesta en torno a la pantalla del centro de infotainment. En líneas generales, la propuesta se orientó a intentar brindar soluciones prácticas y no tanto estéticas. La modularidad del interior es destacable, incluyendo la posibilidad de desplazar longitudinalmente las plazas traseras; esto hace que el baúl oscile entre generosos 410 y 520 dm³ de capacidad. Los motores son pequeños –de hasta 131 CV– y orientados a la eficiencia de combustible, e incluyen variantes tricilíndricas. Es destacable la presencia de faros de led adaptativos, head-up display y zona de recarga inalámbrica para smartphones.

Veredicto Miura: un diseño anónimo no muy llamativo, sobrecargado de líneas que parecen haber sido puestas a las apuradas como para intentar darle un poco de personalidad a este vehículo, como se aprecia en los laterales y en el sector trasero del mismo. Los cambios en el interior sí son positivos, al igual que el incremento en la dotación de seguridad. Y esto va en línea con la propuesta general del auto de posicionarse como un resolvedor de problemas y no como un modelo bonito que produzca admiración. Lo cierto es que compite contra vehículos mucho mejor resueltos en términos estilísticos y que también tienen lo suyo en cuanto a dotación tecnológica y mecánica, así que probablemente no la tenga fácil si pretende lograr una buena performance de ventas.

¿Llegará a la Argentina?  En nuestro mercado Chevrolet fue la que ofreció a las generaciones anteriores de Meriva, pero luego de la compra de Opel por parte de PSA parece bastante complicado que este modelo pueda llegar a nuestro mercado en el corto o mediano plazo.