LOS 10 AUTOS DE MARTÍN ZUPPI

Aprendí a manejar con un 12 Break que era de la familia a los 12 o 13 años. Pero aprender lo que se dice “aprender” (o sea: en la calle), fue con un Renault 9. Yo tenía 18 y empecé a trabajar en el sector de contaduría de una cerealera. Así que me hicieron sacar el registro para visitar los campos que atendíamos. Me dieron la licencia un viernes y al lunes siguiente ya me mandaron a la ruta (risas).

Es el primer ¡y el único! auto que me compré en mi vida, antes de empezar a tener autos provistos por la empresa, claro. Fue en 1998 y en el ’99 lo vendí porque necesitaba la plata para casarme. Y ahí empecé a tener autos de la compañía.

Me corrijo: también compré un Fiat Tipo para mi esposa mientras estuve trabajando en Italia en 2002. Lo compré un miércoles, nos lo entregaron un sábado y el lunes ya lo había chocado (risas). El Tipo era de un mecánico que lo amaba porque lo había comprado con su hijo... una historia muy tierna. Lo único que me pidió es que si alguna vez lo tenía que arreglar se lo lleve a él, simplemente porque estaba encariñado con el auto. Y bueno, la oportunidad llegó más rápido de lo pensado, y se lo llevé chocado nomás. ¡Casi lo mato del disgusto! (risas). Al final pagué 1.300 euros el auto y se fueron 800 en el arreglo…

A los 24 ya era Gerente de Logística Comercial en Fiat, así que me dieron mi primer auto de compañía. Era un Palio bordó que andaba muy bien. Ese Palio siempre me recuerda mi llegada a la empresa, que fue bastante casual. Yo tenía una novia que trabajaba en real state para ejecutivos y le tocó mostrarle un departamento a un gerente uruguayo de Fiat que venía de Brasil. Como era justo un primero de mayo me pidió que la acompañe, cosa que hice a regañadientes. Justo en esa época Fiat se estaba separando de Sevel y este tipo venía a armar la parte de logística casi de cero. Charla va, charla viene, me preguntó que hacía, y cuando le comenté que estaba estudiando economía me pidió que le mande un CV porque necesitaba gente para armar su equipo de trabajo. La cuestión es que a las pocas semanas terminó siendo mi jefe. Al principio no fue tan buen negocio: yo tenía un laburito en el que ganaba bien haciendo poco y pasé a laburar muchísimo más por menos plata. Pero aquí estoy ahora (risas).

Por mi rango en la empresa tengo disponibles dos o tres autos, pero el que uso cotidianamente es un Grand Cherokee. También tengo un chofer asignado, pero en general manejo yo.

Si tengo que elegir un auto de ensueño, de los que hay ahora, vamos a lo grande: tiene que ser una Ferrari. Y si es una Ferrari que sea la última, ¿no?

Creo que fue el mejor auto en el que anduve. No digo que sea el mejor auto del mundo, pero tiene que ver con el momento en el que lo pude manejar. Yo tenía veintipico y al Alfa me lo dejaban usar el fin de semana. Mi punto de referencia era el Palio Turbodiésel, así que imaginate el impacto... Después en Italia tuve la oportunidad de manejar Ferraris y otras naves, pero el GTV me quedó grabado. Es una cuestión de contexto, es como ver Star Wars cuando eras chico y verla ahora...

En realidad el verdadero auto de mis sueños es el de Meteoro. Juro que si pudiese tendría uno, y que venga con Chispita, el mono y todo (risas). Y el auto más parecido que hay al Mach 5 para mi es la Barchetta. Una vez tuvimos una acá y me di el gusto de manejarla por Buenos Aires, con la capota baja. Me sentía un actor de cine, hasta que me tiraron un envoltorio de alfajor desde un colectivo por hacerme el banana (risas). La Barchetta sigue siendo mi gran amor. No tiene mucho sentido, es algo cero racional… pero debo confesar que cada tres o cuatro meses entro a Mercado Libre a ver si hay alguna... Y algún día voy a ceder a la tentación.

Me gusta mucho por el nivel de tecnología que tiene y que transmite; te subís y parece una nave espacial. La línea DS en general me gusta mucho... y ya pensando a futuro, cuando nos integremos con PSA le veo mucho futuro. Además, hoy por hoy es una marca que no compite con ninguna de las nuestras, así que debe ser por eso que me cae bien (risas).

Más allá del lineup que se pueda armar, yo lo que siempre trato de empujar es la tecnología, que es hacia donde va la industria. Por eso trato de que nuestros autos siempre estén bien equipados. Un ejemplo es el Fiat Fastback que va a llegar en 2022 y al que le tengo toda la fe. Ya vi la versión de serie y va a ser muy parecido al concept car que mostramos en el Salón de San Pablo en 2018. Y va a tener mucha-mucha tecnología a bordo.

Me la compré hace un tiempo para sacarme las ganas y la vendí hace dos meses. Es una moto ideal para agarrar la ruta e irte hasta Mar del Plata, pero la verdad es que solo la usaba para salir a tomar un helado. Ni a Pilar llegué (risas). Lo del ruido y todo era muy lindo, pero no es para mí. Así que ahora me compré un maxi scooter BMW 650 GT... es la diferencia entre lo que te “gusta” y lo que realmente vas a usar.