LOS 10 AUTOS DE DIEGO SCHWARTZMAN

Tengo grandes recuerdos del Taunus marrón de mi viejo. Fue con el que tuvimos buenas y malas experiencias en la ruta cuando yo aprendí a jugar al tenis y me llevaban al interior a jugar a los torneos nacionales. Esto fue cuando yo tenía entre 9 y 14 años, pero me acuerdo de habernos quedado mil veces a mitad de camino…una vez la grúa nos tuvo que traer desde Rosario. Además, me acuerdo que la gente como que te miraba raro cuando te bajabas del Taunus, porque era un auto que ya casi no se usaba. El ambiente del tenis es en general de gente de plata y a veces me sentía un poco descolgado al llegar en un auto medio destruido…

Era de mi vieja y es el auto con el que aprendí a manejar. Nada, llegaba a 100 de casualidad, pero para arrancar a manejar me sirvió mucho porque era muy práctico para andar por la ciudad y yo vivía en Villa Crespo. Mi viejo nos sacaba a aprender a manejar a mí y a mi hermano que me sigue, y nos largó rápido por las avenidas como Juan B. Justo y Corrientes, que están por ahí cerca de mi casa. Estaban llenas de colectivos, así que traspiraba de lo lindo. A mi hermano le costaba un poco más, yo me animaba más a ir atrás de los colectivos.

Es el auto por el cual mi vieja cambió al Suzuki Fun, entonces fue el segundo auto que manejé y con el que movía a todos lados.

Fue el primer auto que me compré con mi plata. Era el más “deportivo”, sin llegar a ser el Abarth. ¡Era lindo, me encantaba! Tenía techito (no se abría del todo) y era de color blanco. Esto fue hace bastante tiempo; hoy tengo 26, y por aquel entonces debía tener unos 19 o 20 años.

Fue el auto por el que cambié el Cinquecento. Me acuerdo que cuando lo manejaba me sentía re bajito, y que además volaba. Cuando lo aceleraba salía despedido, parecía un karting. Tengo grandes recuerdos con ese auto, y debo decir que hasta ese momento era el auto que manejé que más me había gustado. Me gusta sentir la velocidad y el A1 en ese sentido era excelente.

Es el auto que uso actualmente para moverme y es parte del acuerdo que tengo con Peugeot. El auto está buenísimo, me encanta. Me gusta mucho poder configurar el tablero digital a mi gusto, y poder poner la navegación ahí le da un toque interesante que todavía no muchos autos tienen. Además, el masajeador es genial, ideal para la ruta. Y el sistema de seguridad está realmente bueno, como por ejemplo la alerta de abandono de carril. Por mi actividad estoy poco tiempo en Argentina, pero cuando vengo lo uso todo el tiempo. ¡Es mi auto!

Es un auto que me super encanta. En este momento lo veo más como un gusto para cuando termine mi carrera. Lo hablo seguido con mi entrenador, pero como que no me la deja comprar ahora (risas). Tiene razón, la verdad que terminaría siendo un auto que use cuatro veces al año cuando vengo, y eso no tiene sentido. Además, en este momento estoy muy contento con mi 3008.

Es un auto que me compraría si no tuviera restricciones presupuestarias. Me dieron uno para probar en Múnich, y la verdad lo sentí muy compacto y como que me calzaba joya. No entra nadie atrás, pero a mí me gustan mucho los autos deportivos de dos asientos. Esto fue gracias a que el torneo era auspiciado por BMW y nos deban un M2 a los mejores ocho del torneo –con chofer– para que nos manejemos por donde queramos.

Cada vez me van gustando más las SUV, en especial las más deportivas. Una que en particular me encanta (y pienso en mi gran amigo y hermano Pico Mónaco) es la Jeep Cherokee. Pico siempre las pinta todas de negro (hasta las llantas), y esa quedó súper impotente: la ves y parece una pantera enorme que se acerca.

Es Espectacular. Me imagino manejándolo por la playa en los 70’, con unos anteojos del color del auto –verde medio agua– y una camisa floreada. Creo que si tendría que elegir un auto que me represente, sería este.