LOS 10 AUTOS DE CANDELA RUGGERI

Es el auto con el que aprendía a manejar. En realidad era el auto de una prima (o algo así), y mi Papá se lo compró para regalármelo, onda “aprendé a manejar con este que es usado”. De hecho me enseñó a manejar él, con ese Clio, en las calles del country donde vivíamos. Desde chiquita les hinchaba a mis padres con aprender a manejar, y a veces lograba que dentro del country me subieran a upa y me dejaran agarrar el volante. Así que cuando tuve edad aprendí rapidísimo. Cumplo un 22 de enero y ese mismo día ya lo obligué a mi papá a que me enseñe a manejar, y al poquito tiempo tenía el registro y manejaba por todos lados.

Cuando ya manejaba más o menos bien, el auto que quería era un Toyota Etios. Pasar de un Clio a un Toyota me parecía súper bien y me acuerdo que le dije a Papá: “vendo el auto que me regalaste, le pongo un poco de plata más encima y me compro un Etios”. Y me lo compré. Reconozco que el Etios es un auto que a mucha gente no le parece lindo, pero a mí me encantaba. Puede ser porque una vez se lo vi a una chica que me parecía lo más (creo que era una actriz, no me acuerdo bien), y tal vez me copié un poco (risas).

Tuve la mala suerte de que me chocaran el Etios, así que mientras estuvo en arreglo mi Viejo me prestó una camioneta Koleos que él tenía en el campo. Pasar a un auto más alto y más grande me hizo sentir re fierrera… Como Marge Simpson cuando manejaba la camionetota esa y los pasaba a todos por encima. ¡Acá paso yo primero! [N. del E.: Los Simpson Temporada 10, episodio 5, Marge maneja un SUV llamado “Canyonero”].

De chiquita era fanática de la película Herbie, pero la nueva, la de Lindsay Lohan [N. del E.: la película también es conocida como “Cupido Motorizado”]. Así que siempre soñé con tener un Escarabajo porque... ¿quién no quiere tener su propio “Herbie”, incluso con el “69” pintado en la puerta?

Cuando empezamos a manejar, todos los hermanos teníamos un auto “normal”, de esos a los que rayás, cordoneás, etc., y no pasa nada. Pero yo veía los MINI pasar y me encantaban, sobre todo por la parte estética, claro. Hace poco me puse de novia (un poco menos de un año) y él tiene un MINI. Y fue la primera vez que me subí a un MINI y lo manejé… y pasó que nos empezamos a pelear por el auto porque yo se lo “robaba” todo el tiempo. Al final lo terminaba usando más yo que él.

Como yo subía todo el tiempo historias [N. del E.: en Instagram] con el Mini Cooper, la gente de la marca se contactó conmigo y me ofrecieron un Countryman para ser embajadora. ¡Lo loco es que ahora mi novio se la pasa todo el tiempo queriendo sacarme el Countryman! (risas). El auto es espectacular: es bastante más grande que el Cooper, más alto y yo me siento mucho más segura. Estoy enamorada.

Como en la familia somos 6 (papá, mamá y 4 hermanos), siempre tuvimos autos grandes, porque si no, no entrábamos. Pero en un momento a Papá le agarró la idea de irnos de campamento al sur… y compró una casa rodante. Pero no una de esas que se enganchan atrás de otro auto; era una Sprinter que tenía todo instalado adentro: heladera, cama ¡y hasta Play Station! Cuando íbamos de viaje todo bien, pero a mi Papá le gustaba tanto que me iba a buscar con eso al colegio: ¡Un horror! (risas). Incluso hasta me llevaba a bailar en esa van… creo que se divertía haciéndome pasar papelones. Ahora, mis amigas la amaban, porque hacíamos la “pre” ahí adentro.

Mi abuela una vez se compró un Peugeot 106 verde, creo que era “Roland Garros” o algo así. Yo tenía unos 6 años y cuando lo fue a retirar me llevó y arregló con el vendedor para hacer un acting como que lo estaba comprando yo. Entonces yo llegué y me hicieron firmar como que el auto era mío. ¡Qué felicidad que sentí, no me olvido nunca más!

Es el auto de mis sueños. Me encantaría tener uno negro, con ruedas bien grandes. Creo que me gustó demasiado eso de sentirme como Marge pasando yo primero por todos lados (risas).

Otro tipo de autos que me encantan son los descapotables. Como tengo la mejor onda con los chicos de Mini les pedí uno para ir a Punta del Este este verano. ¡Ojalá que me lo den!