¿Qué es? La esperadísima nueva versión del legendario modelo, que luego de 3 años de ausencia vuelve totalmente modernizado.

Target: Por un lado, intentará seguir siendo sinónimo de indestructibilidad y offroad extremo. Por otro –por su elevado precio–, se va a posicionar como un vehículo estatutario y aspiracional.

¿Qué hay de nuevo? Absolutamente todo comparado con el modelo anacrónico que se dejó de ofrecer en 2016. La estructura ya no es de largueros sino de monocasco. Pero la amortiguación ahora es independiente en las 4 ruedas y con muelles neumáticos. Se ofrece en carrocería corta (4,32 m) y larga (4,76 m). Puede tener 5, 6 o 7 plazas (con hasta 3 filas de asientos). Motores nafteros y diésel entre 200 y 400 CV, caja automática de 8 marchas, reductora, e hibridación ligera en algunas configuraciones. Y el sistema de tracción tiene infinidad de opciones y es muy sofisticado.

Primera impresión: También controversial. Los puristas trinarán apariencia «demasiado moderna» y por su estructura monocasco, que puede ser considerada una traición a las raíces. Desde aquí bancamos fuerte que Land Rover se la haya jugado con el diseño.

¿Llegará a la Argentina? Sí.