¿Qué es? La cuarta generación del ya clásico SUV (o CUV) mediano-grande de Hyundai.

Target: Seguir siendo uno de los vehículos favoritos de las soccer moms en los Estados Unidos, y un SUV de prestigio en el resto del mundo.

¿Qué hay de nuevo? Creció ocho centímetros de largo y la gama de motores es más nutrida, con opciones diésel de entre 150 y 196 CV, y una naftera de 185 CV. La transmisión puede ser manual o automática, y mantiene el sistema de doble tracción del tipo inteligente a demanda. El baúl creció 40 litros y ahora ofrece generosos 625 litros. Eso es para la versión de cinco plazas, valor que lógicamente se reduce para la variante de siete asientos (cifra no informada). La rigidez torsional aumentó por la utilización de aceros de alta resistencia en el chasis, algo siempre valorado en vehículos todoterreno. Es para destacar la presencia de ayudas a la conducción, que son varias e incluyen –por primera vez– el frenado autónomo en ciudad.

Primera impresión: Una evolución natural de la actual Santa Fe (que sigue estando muy bien) hacia un look más moderno, esculpido y techie. El resultado es muy satisfactorio, pero el problema es que este estilo se está volviendo un tanto genérico.

¿Llegará a la Argentina? Seguramente.