Estados Unidos

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Si hay un motivo por el que Estados Unidos es un serio candidato a ser campeón mundial de soccer es el arquero y la defensa.

CANDIDATAZO. Desde que pateé una pelota por primera vez me enseñaron que los equipos se arman de atrás para adelante. Y si hay un motivo por el que Estados Unidos es un serio candidato a ser campeón mundial de soccer es el arquero y la defensa. Filosofía conservadora: primero cuidamos el cero en el arco propio y después, también con buenas armas –100% de jugadores nacidos en los potreros del país, ninguno nacionalizado–, pensamos en atacar.

No le temo a los Lambo con los que me pueda atacar Italia ni al deportivo alemán más rabioso. La línea de cuatro compuesta por F-150-Silverado-Canyon-Ram es, para mí, la zaga más invulnerable del certamen. Van a cortar todo lo que pase por ahí. De abajo y de arriba. En el camino quedarán varios paragolpes y llantas facheras –que vengan los franceses–. Y si algún delantero llega a salir entero luego de encarar a estas bestias de tapones afilados, se encontrará con un problema en el arco: el Escalade, otro V8 que mete miedo.

El medio me encanta. De volante central va el Jeep Wrangler, uno de esos cinco con experiencia que salen a comerse la cancha. No usa vincha ni se peina en el vestuario. Corta, traba, va al piso y se embarra. No se le caen los anillos. Es el famoso cinco “tapón”. Se come una amarilla de vez en cuando. Y cuando recupera, toca con clase. No es ningún burrito. Hay pocos como él.

Por las bandas, una fija y una apuesta. El Mustang tiene la ocho en la espalda, como desde el Mundial 1966. Ida y vuelta, velocidad, potencia, clase, definición. Tiene todo para ser el motorcito del mediocampo, aunque participará un poco más del juego que del quite. Del otro lado va el Model S –éste sí usa vincha–, un zurdo lírico, de calidad y velocidad. Es su primer campeonato del mundo, así que cuidaré que en las concentraciones no esté todo el día pendiente de las redes sociales, como su creador. Y confío en que no se quedará sin autonomía en los segundos tiempos.

La delantera es letal. Tenemos velocidad, potencia y gambeta para encarar mano a mano con el Corvette y el CTS-V. Pueden lastimar por afuera y al mismo tiempo dejar pagando a cualquier central. Si a eso le sumamos la altura, agresividad y robustez del Navigator, el referente en el área, completamos un ataque a respetar. Podemos llegar con la pelota en los pies o a los bochazos, pero siempre preocuparemos a la defensa del rival.

Si no volvemos con la copa, la prensa me va a criticar por no haber hecho uso de jugadores como las pick ups Toyota Tacoma y Honda Ridgeline, y los SUV Ford Explorer, Jeep Grand Cherokee, Volkswagen Atlas, Nissan Pathfinder y BMW X6, entre los otros casi 80 jugadores norteamericanos que no viajan a Rusia. Hasta me pedirán por el Dodge Challenger, sin saber que en realidad se produce en Canadá. Con el diario de lunes, todos somos técnicos y los de afuera siempre son mejores. Pero me la juego a fondo: vamos a salir campeones. /FC

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