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No será una potencia, pero con disciplina, confiabilidad y rendimiento, La Roja, está lista para dar un batacazo.

A POR EL BATACAZO. Hoy salen de la Península Ibérica buenos jugadores –de ascendencia muy diversa- que participan en las mejores ligas Europeas y del mundo. Algunos hasta llegan a la Argentina. Con esa base buscamos un juego polivalente, que pueda adaptarse a todo tipo de situaciones de juego.

En los tres palos me la jugué por el Grand C4 Picasso, porque tiene buen porte, resuelve con practicidad y transmite mucha seguridad. De líbero en el centro de la defensa va la Nissan Navara (en Argentina se conoce como Frontier). Es un animal de trabajo con mucha experiencia, empuja a sus compañeros hacia delante y no pierde cuando hay que poner al poner el cuerpo. En este 3-5-2 “bilardista” que armé, la defensa se completa con dos stoppers muy sacrificados. Por la derecha la Mercedes-Benz Vito, que puede cargarse a cualquiera que se le cruce en su camino. Y por la izquierda el Peugeot Partner, un laburante que no aflojará en ningún momento del partido y que es capaz de resolver casi cualquier tarea… que no requiera un esfuerzo de grandes magnitudes.

En el medio, un doble 5 bien clásico con el Citroën C-elisée, un 5 jugador algo rusticón que cumple funciones de recuperación y relevo, y el VW Polo, un poco más refinado y con capacidad para armar juego desde el medio. A ambos lados los acompañan el Megane IV (por derecha), un jugador completamente renovado que mantiene sus virtudes en la marca y sumó precisión “alemana” en su juego. Y por la banda izquierda el Ford Mondeo que, si bien puede ayudar en la recuperación, su clase y distinción y buena pegada lo ubican más orientado al ataque. Por delante de la línea de cuatro, un poco más suelto y casi como “10” estilo sudamericano, pusimos al Audi A1. Es un compacto pícaro, rápido, habilidoso y tiene mucho refinamiento, aunque el envase sea chico. A muchos les recuerda a Pablito Aimar.

Adelante va un nueve clásico, que no podía ser otro que el Seat León, un jugador que le hace honor a su nombre y es un ídolo para la afición local. O sea que hay un 9 de área definido, pero alguien tiene que tirarle los centros para que pueda concretar sus opciones de gol. Y aquí es donde aparece la sorpresa del equipo. Un wing nato que juega pegado a la raya. De recorrido corto pero escurridizo y casi invisible. Es el Renault Twizzy, que se consolida como un delantero de gran futuro en Europa con proyección mundial si se le brinda la posibilidad de poder desarrollarse. Eso sí, es algo frágil y siempre está el riesgo de que se quede sin energía para llegar al final del partido. Hay que cuidarlo.
La vieja idea de la Furia Roja suena a vértigo, pero este es un equipo bien ordenado. Hay otras selecciones más potentes que se candidatean para lograr el título, pero esta modesta España promete tener un destacado papel en el torneo. No seremos una potencia, pero con disciplina, confiabilidad y rendimiento, La Roja, está lista para dar un batacazo./M.E.

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