El Arte de los Varela

Un padre y un hijo unidos por la pasión por el arte... y los autos.

“De tal palo, tal astilla”. Así reza el dicho que refiere a los hijos que continúan el legado y los talentos de sus padres. Pero en el caso de “Los Varela” es al revés. Fue Rafael, el hijo, quien terminó llevando a Ángel, el padre, al particular mundo de la pintura artística de autos.

Rafael estudió diseño industrial en la Universidad de Buenos Aires, donde se destacó como eximio dibujante. Mientras trabajaba en la empresa Topper diseñando zapatillas, hizo un curso de diseño de autos con José Luis Denari y consiguió un par de pasantías en Alfa Romeo y Fiat, que coronó con una Maestría de Diseño de Transporte en el IED. Entre dibujos y maquetas para las marcas italianas, empezó a darle un tinte más artístico a sus bocetos, que poco a poco se fueron convirtiendo en obras dignas de exposición. Vuelto a la Argentina decidió tomarse la cosa más en serio y al poco tiempo ya era un habitué del pequeño-pero-intenso círculo de pintores de autos en la escena local.

Ángel fue marino toda su vida. Alguna vez había coqueteado con pinceles y lienzos, mayormente con motivos marítimos, pero nunca seriamente. Cuando empezó a acompañar a Rafael a muestras y exhibiciones le agarró el gustito al tema… y se largó a pintar en serio. Con la guía de su hijo fue depurando la técnica y poco a poco incorporando los autos a sus obras.

Hoy Ángel y Rafael comparten un coqueto PH en la ciudad de Buenos Aires que se llama –no es sorpresa– “Espacio Varela”. Ahí tienen su base de operaciones: una pequeña galería y el atelier de creación. Pero Ángel y Rafael son dos verdaderos artistas itinerantes. Su presencia en exposiciones de autos clásicos y sport ya es toda una tradición. Allí realizan trabajos en vivo, reciben encargos y venden reproducciones de sus obras más famosas. Las carreras de vehículos históricos más prestigiosas se jactan de tener un afiche oficial firmado por los Varela. Cada uno con su estilo, responden a los gustos y necesidades de diferentes públicos. El máximo lujo y placer: encargarle a los Varela una obra que tenga como protagonista al auto favorito de tu propia colección. La mejor manera de coronar el garage de cualquier entusiasta, con un toque distinguido del mejor arte fierrero argentino.

COMENTARIOS