Crónica de viaje: Otra Patagonia

Crónica de viaje: Otra Patagonia

Puerto Montt y Los Iracundos

Para cualquiera de más de 30, “Puerto Montt” suena más a una canción que a un lugar. Fue un hitazo de un grupo uruguayo llamado Los Iracundos allá por 1968 y su fama llegó hasta estos días, varios covers mediante. Cuenta la leyenda (bueno, al menos la que figura en la Wikipedia), que César Franco –el cantante y compositor– hizo el primer borrador de la canción para que se llamase “Por tu amor”; pero puesta con la música esa frase no le cerraba al cantante. Finalmente, un alto ejecutivo de la RCA de Chile les dio la idea de cambiar el nombre del tema por “Puerto Montt” porque, según él, sonaba mejor y así iban a poder ingresar en el mercado chileno. Evidentemente, más allá de que en esa época era un país muy distinto, algunos chilenos ya tenían esa visión “pro-mercado” que hoy los distingue del resto de Latinoamérica. La cuestión es que el tema no solo la rompió en Chile, sino que fue un éxito en toda Sudamérica.

Hasta hace unas pocas semanas, la canción era la única referencia relevante que tenía acerca de Puerto Montt. Hasta que me llegó una invitación de Porsche Latinoamérica para probar el “nuevo” Macan en una travesía por el Sur de Chile, que –y a esto viene la anécdota anterior– tenía como punto de partida esa sureña ciudad transandina.

El lugar indicado

Porsche vende aproximadamente 3.000 autos por año en Latinoamérica y el Caribe (excluyendo Brasil, que funciona como una región aparte). En 2018 fueron 2.911, para ser más exactos, de los cuales México se llevó la mayor parte (más de un 50%). El país que inmediatamente le sigue en ventas es Chile, con 343 unidades patentadas el año pasado. Como referencia, y con un mercado total que en promedio duplica al chileno, las ventas de Porsche en Argentina fueron de “solo” 89 autos (con un récord en 2013 de 245). Claramente, Chile es un mercado de gran relevancia para Porsche en la región, y por eso no es casual que hayan elegido al país vecino para hacer esta presentación, que incluyó a 10 medios de toda la Región.

Pero lo más relevante, al menos para nosotros los participantes, fue el extraordinario marco que el Sur Chileno ofrece para un evento de este tipo. En la Argentina estamos muy acostumbrados a sentir que la Patagonia y su extraordinaria belleza son algo “nuestro”. Pero del otro lado de la Cordillera de los Andes esa belleza se reproduce en un espejo que tiene sus similitudes y sus diferencias, aunque igual de majestuosa.

El equipo de Porsche Chile –que hacía las veces de anfitrión– organizó una travesía que nos llevó desde Puerto Montt hasta Lago Ranco, unos 200 km más al norte, y a lo largo de tres días nos hizo pasar por lugares realmente encantadores para disfrutar, no solo del Macan, sino de la gran gastronomía y la hotelería de esa “otra” Patagonia. Hubo escalas destacadas, como la del Teatro Del Lago en la localidad de Frutillar, un espectacular complejo cultural de 10.000 m2 y con una sala para 1.200 espectadores, que es uno de los más bellos de Sudamérica. El dato pintoresco es que fue construido con maderas traídas desde Alemania a un costo de 45 millones de dólares, que generosamente aportó un acaudalado filántropo alemán. Una verdadera excentricidad.

Finalmente recalamos en el coquetísimo Hotel Futange, donde tuvo lugar la presentación oficial y que hizo las veces de base de operaciones para los recorridos por los alrededores, que incluyeron tramos de ruta y algunos offroad. Todo con el objetivo, por supuesto, de probar las capacidades del “nuevo” Macan.

El “nuevo” Macan

En rigor de verdad, no se trata de un nuevo modelo, sino de una actualización de “media vida”, como suele decirse en la industria. El Macan fue presentado mundialmente en el Salón de Tokio a fines de 2013, y salió a la venta en los principales mercados del mundo al año siguiente. A la Argentina recién llegó en julio de 2016 y de hecho ya habíamos tenido la oportunidad de probarlo para un Review en MiuraMag #3.

Las modificaciones de este update no son tantas, pero hay algunas significativas. Por afuera, lo más destacable es la tira de luces trasera que corre a todo lo ancho del coche. Es la nueva “firma lumínica” de la marca a partir de la nueva Cayenne y sin dudas le queda muy bien, haciéndolo inconfundible a la distancia por la noche. En la trompa hay algunos cambios muy sutiles (imperceptibles para un no-experto) que le agregan un toque de “modernidad”.

Por adentro, el gran cambio es la nueva pantalla de 11 pulgadas que permite el acceso a nuevas funciones digitales, como el control por voz inteligente y la integración con Apple CarPlay. La usabilidad del sistema y la rapidez de respuesta son excelentes, pero aún mejor es que Porsche haya conservado una buena cantidad de teclas físicas en la consola, que permiten controlar funciones básicas como la climatización, sin tener que fijar la vista en la pantalla mientras uno conduce.

Debajo del capot también hay novedades. Los dos motores con los que llega a Latinoamérica fueron mejorados: el 2.0 “base” de 4 cilindros en línea ahora entrega 252 CV, mientras que el V6 turbo llega a los 354 CV. La caja sigue siendo la extraordinaria PDK de doble embrague y 7 marchas, sin dudas de lo mejor que ofrece la industria automotriz. El chasis, las suspensiones y los frenos también fueron mejorados para optimizar el confort, la seguridad y la respuesta dinámica. Por ejemplo, los componentes de acero en el eje delantero fueron reemplazados por horquillas de aluminio, lo que aumenta la rigidez y reduce en aproximadamente 1,5 kg las masas no suspendidas. Otro ejemplo son los frenos, con un cambio de diseño y material del pedal, que ahora es 300 gramos más liviano que el anterior (de acero) y actúa sobre la bomba de freno de un modo más directo. Con ello, la respuesta es más inmediata y, además, el conductor puede sentir con mucha precisión el punto de presión.

Son pequeños detalles como estos los que hacen que el producto no deje de progresar para satisfacer las exigentes demandas de los porschistas.

Libra por libra

En el boxeo hay una expresión muy habitual que me gusta aplicar al mundo de los autos: “el mejor, libra por libra”. Habla de alguien que, más allá de la fuerza o la potencia dada por la categoría de peso, es el más “completo”. Incluso en términos de buena técnica y –por qué no– de belleza y elegancia en los movimientos (que en los coches sería el equivalente al diseño). En el “libra por libra” del mundo de los autos, el Porsche Macan sería algo así como un Floyd Mayweather Jr. O un Marvin “Maravilla” Hagler, para los más nostálgicos.

En MiuraMag habitualmente hacemos un análisis de productos por factores de interés desde la perspectiva de los usuarios: qué les interesa o los motiva a la hora de elegir un auto. Son ocho factores en total, y en siete de nuestros ocho factores la calificación del Macan me da alto o medio/alto. Alto en diseño/onda (es muy indiscutiblemente un auto fachero); alto en performance (que podría llegar a muy alto en la versión “S”); alto en conectividad/tecnología (gracias a las mejoras en la nueva versión); alto en confort/calidad (intachable, una referencia para la industria); alto en seguridad (por más que a la Argentina llegue sin algunas ayudas a la conducción); medio-alto en usabilidad/practicidad (un auto ideal para el uso individual y familiar, para ciudad y ruta, solo penalizado por un auxilio temporal y por ser demasiado “llamativo” para un uso cotidiano relajado). Y, por supuesto, un muy alto en el factor status/marca porque, bueno… es un Porsche.

Son calificaciones parecidas a las de su hermana mayor, la Cayenne, pero la diferencia está en la usabilidad (el Macan es un auto con un tamaño más razonable, más ágil en el tránsito urbano, no tan “mastodonte” como su hermana mayor) y en el diseño y la onda (por más que la Cayenne mejoró bastante en su última generación).

No, no me olvide de un “detalle”: el factor bolsillo. Aquí es donde el Macan pasa factura (literalmente) por todo el resto de virtudes que tiene. Y la pasa con ganas. Claro que estas diferencias varían de mercado a mercado: en la Argentina (y en el resto de Latinoamérica, para ser honestos), los precios muchas veces no tienen demasiada lógica. Pero tomando como referencia Europa, su precio es entre un 10 y un 20% mayor que el de sus rivales directos, como el Audi Q5 (su primo), el Mercedes-Benz GLC o el Volvo XC60. Incluso, sigue siendo sensiblemente superior (aunque menos) al de otros rivales con aspiraciones más “deportivas” como el Mercedes GLC Coupé, el BMW X4 o el Alfa Romeo Stelvio.

Es así: pertenecer a la marca Porsche tiene sus privilegios, pero también sus costos. Volviendo al boxeo, y estirando un poquito la analogía, sería el equivalente a lo que “Money” Mayweather cobra por cada subida al ring.

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