¿Qué es? El primer SUV mediano desarrollado propiamente por Citroën, sobre la misma plataforma que su primo el Peugeot 3008.

Target: Hacerse un espacio en el demandado segmento de SUV medianos, luego de haber llegado bastante tarde a él.

¿Qué hay de nuevo? Todo, porque es un vehículo completamente nuevo. Los motores pueden ser de la familia Puretech (131 a 180 CV) y diésel BlueHDI (130 a 177 CV). La transmisión puede ser manual (6 marchas) o automática (8 marchas). No ha variantes con doble tracción, solo cuenta con el conocido sistema de PSA denominado Grip Control que asiste electrónicamente. El interior es realmente hermoso, y está alineado con lo que el grupo francés viene presentando en sus nuevos modelos; la calidad y el confort son superlativos. La conectividad es muy avanzada, gracias a sus dos pantallas y el emparejamiento con todo tipo de celulares. Una particularidad de este modelo respecto de sus “primos” será la suspensión, que contará con los “amortiguadores hidráulicos progresivos” ya presentados en el C4 Cactus europeo, capaces de otorgar una absorción más progresiva en situaciones de alta demanda de la suspensión. Los vidrios de las ventanillas son laminados, en pos de obtener una insonorización premium. Y las asistencias a la conducción son muy completas y avanzadas.

Primera impresión: Consistente. Citroën logró darle personalidad propia con casi todos sus guiños estilísticos, e incluso algunos detalles de color que lo hacen realmente diferente. El nivel de tecnología que declara tener es abrumador.

¿Llegará a la Argentina? Sí!