¿Qué es? La actualización del (ex) innovador y divertido C4 Cactus. 

Target: Un poco incierto porque pierde varias de las características que lo hacían “diferente” (sobre todo los simpáticos airbumps laterales). Se supone que peleará en términos más convencionales con los hatchbacks del segmento B.

¿Qué hay de nuevo? Los paragolpes fueron rediseñados y los grupos ópticos también cambian de forma. Desparecen las barras del techo y los airbumps, las piezas de plástico que cubrían gran parte de las puertas para protegerlas de los pequeños golpes. Entre las mejoras de equipamiento están la función de plegado eléctrico de los retrovisores, el oscurecimiento automático del espejo interior, una nueva luz en la parte trasera del habitáculo o nuevos huecos con tapa para depositar objetos. El airbag del acompañante, como en el modelo sustituido, está en el techo para dejar espacio en el torpedo a un cajón por encima de la guantera. Este modelo también incorpora unos nuevos amortiguadores denominados “Amortiguadores Progresivos Hidráulicos”, que prometen “dan la impresión de viajar a bordo de una auténtica alfombra voladora”. Se suman más motores, tanto diesel como nafteros, con potencias de entre 82 y 130 CV. En cuanto a seguridad, incorpora un interesante paquete de ayudas a la conducción. 

Primera impresión: Una versión desdibujada y desteñida de un auto que, si bien controversial, fue una brisa de aire fresco para la industria. Una pena que Citroën no haya “bancado” la audaz apuesta inicial.

¿Llegará a la Argentina? Es muy probable, aunque vendría importado de Brasil, donde comenzará a fabricarse este año con un restyling prácticamente idéntico al europeo.