Brasil

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GANAR COMO SEA. Perdón, Sócrates. Perdón, Pelé. También perdón a Zico, Rivaldo y Ronaldo, el gordo, el verdadero. Han hecho cosas hermosas dentro del verde césped, pero acá se juega distinto. ¿Acaso creen que con nuestros autos estamos en condiciones de implementar el jogo bonito? Cualquiera de las potencias nos pintaría la cara. Y después del último 1-7 en contra, eso no puede volver a pasar.

Éste no será el Brasil del ´70 ni la Holanda del `74, que para el caso terminó segunda (Bilardismo modo On) porque sabemos que esto de la pelotita está hecho para que ganen –casi– siempre los mismos. La idea es clara: estar bien parados atrás, ensuciar el juego del rival en mitad de cancha y salir de contra. Quién dice así, con un 4-4-2 bien marcado, damos el batacazo. No siempre el mejor plantel gana el Mundial. Y más de una potencia volvió a casa en primera ronda alguna vez.

Dejé varios pesos pesados afuera de la lista. Necesito un plantel formado en gran parte por jugadores identificados con la verdeamarela, esos a los que la torcida siente como propios por nacer y morir en su tierra. Hubiera sido fácil armar un plantel sólo con los autos que producen BMW, Audi, Mercedes-Benz y Mini en Brasil (suman 10 entre las cuatro marcas), pero los que vienen de ligas europeas no cantan el himno. Y eso no lo perdono.

No pretendo salir jugando de abajo, así que la EcoSport me pareció una buena opción para el arco. Es robusta y tiene presencia para salir a cortar los centros con los puños y las rodillas arriba. De los centrales nunca dudé: entre la potencia de la S10 y la agresividad bien entendida del Compass será difícil que pasen pelota y jugador. Si fuese delantero no encararía por ahí.

Por los laterales van Toro y Duster Oroch. Son jóvenes y eso me garantiza el ida y vuelta que pido, además del hambre de gloria. La Toro es un jugador resistido por los torcedores (trajo algunos escándalos mediáticos al equipo que no gustaron), pero cumple bien su papel si el DT sabe cómo manejarlo.

El doble 5 va con el Gol, un zorro viejo, de experiencia, al que muchos piden jubilar sin tener en cuenta su corazón de león, incapaz de dejarte a pata; y el Corolla, con sobrada prestancia, calidad y seguridad para recuperar y dar ese pase que rompe líneas y lastima. Por las bandas juegan el 208 GT, cuyos 165 burritos se convierten en un arma de ataque clave; y el Civic Si, otro turbo (208 CV) capaz de ganar fácilmente en velocidad. Hay buena gambeta entre los dos.

Todos los centros van a la cabeza del X3, uno que se nacionalizó recién este año. Con sus seis en línea de 360 CV, tiene cualidades de sobra para recibir un bochazo del fondo, aguantar la pelota y darse vuelta para meter uno de esos bombazos que rompe las redes. Y si está muy marcado, puede pivotear y habilitar al Clase C, otro que puede herir con diagonales a más de 200 km/h.

Brasil siempre es Brasil, y recomiendo no menospreciarlo / FG.

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