¿Qué es? Un anticipo muy cercano a la que será el nuevo roadster Z4 de 2018.
¿Qué hay de nuevo? Mucho clasicismo y cuidado por los detalles, combinado con un estilo de superficies que tiende a lo “filoso”.
Veredicto: Tan impecable en su ejecución como poco sorprendente. De BMW siempre se espera un poquito más de innovación en el diseño, pero va a haber que ir resignándose al “lindo pero convencional”.