¿Qué es? El nuevo SUV tamaño (muy) grande de BMW, que comparte plataforma con el Rolls-Royce Cullinan.

Target: Cubrir un espacio en los mercados estadounidense y chino que a BMW se le estaba escapando, donde ya juegan el Mercedes GLS, el Audi Q7, el Range Rover e incluso el Cadillac Escalade.

¿Qué hay de nuevo? Ahora es un vehículo muy voluminoso, de 5,15 m de largo y siete asientos. El portón trasero se abre en mitades (hacia arriba y abajo). Motores nafteros y diésel de entre 265 y 400 CV, suspensión neumática y opción de dirección también en las ruedas traseras. Cinco zonas para el climatizador, techo solar incluso hasta la tercera fila y audio con 20 parlantes (hasta en el techo) son solo algunas de sus excentricidades.

Primera impresión: Todo está sobredimensionado, empezando por la parrilla «doble riñón» y terminando por las excesivas pretensiones de lujo y poder que propone el auto. Mucho lujo, sí, pero el X7 no es un auto que le haga honor a lo que solía ser «la más latina de las marcas premium alemanas».

¿Llegará a la Argentina? Probablemente.