¿Qué es? La cuarta generación del modelo más lujoso de Audi para el Segmento F o limousine, que se ofrece en dos carrocerías de distinta longitud.

¿A qué apunta? A mantener su lugar como referente ineludible en cuanto a vehículos de lujo e híper tecnológicos a nivel mundial.

¿Qué hay de nuevo? Por empezar, está construido sobre una nueva plataforma y está dotado de un equipamiento de confort, un sistema de iluminación y capacidades de conducción autónomas de última generación. Es el primer coche de producción seriada en ofrecer nivel tres de conducción autónoma, lo que significa que es capaz de controlar el movimiento longitudinal y lateral al mismo tiempo, como así también responder ante objetos y eventualidades de manera completa. Otra curiosidad es que incorpora una red eléctrica de 48 V, que alimenta un sofisticado sistema que incluye un motor-generador eléctrico asociado al motor térmico, encargado tanto de “arrancarlo” luego de ser desactivado para disminuir el consumo —incluso en marcha— como de recuperar energía durante fases de frenado. Los motores de combustión ofrecen potencias de entre 286 y 585 CV, a lo que se suma una versión híbrida de respetables 449 CV. Alumbrado mediante 138 leds y un láser en cada faro, suspensión activa capaz de reconocer y contrarrestar las imperfecciones del asfalto, seis cámaras, cinco radares, doce sensores ultrasónicos y un novedoso escáner láser frontal, butacas con 16 cámaras neumáticas para hacer masajes, sistema de desconexión de cilindros, cancelación de ruido… son solo algunos de los ítems más relevantes de esta tecnológica limousine. Respecto del diseño, se observan cambios notables en la parrilla, ahora dominada por un prominente hexágono y grandes cantidades de cromo en línea con el carácter estatutario del auto, acompañados de modificaciones más sutiles en las líneas del auto, que en general lucen más rígidas y aumentan la solidez visual del mismo. Donde sí hubo muchos cambios es en el interior, que ahora está dominado por tres pantallas que favorecieron a la reducción de perillas y comandos en pos del minimalismo.

Veredicto Miura: Un arsenal tecnológico con ruedas, envuelto en mucho lujo. Los dispositivos con los que cuenta el nuevo A8 lo hacen destacar incluso de sus rivales alemanes directos, lo cual no es poca cosa. Resaltamos el paso que dio Audi al ofrecer de serie las últimas tecnologías en conducción autónoma, que son incluso más avanzadas que lo contemplado por la normativa vigente en prácticamente todos los países (se está trabajando en ello). Más allá de lo positivo que resulta contar con la interminable lista de equipamiento de confort y seguridad que dispone, los cambios efectuados en cuanto a diseño interior resultan muy agradables y sofisticados al mismo tiempo, a lo que se suma una evidente arista tecnológica que se halla por doquier, pero integrada con buen gusto. El nuevo diseño exterior mantiene la política de cambios muy moderados –evolutivos–, entre los que se destaca la nueva parrilla hexagonal. No se puede decir que esté para nada mal, pero se extraña cuando los diseñadores de Audi se permitían propuestas más osadas.

¿Llegará a la Argentina? Probablemente, aunque su llegada no estaría en los planes inmediatos de la marca en nuestro país. Vale destacar que su predecesor se vendió en el país e incluso tuvo participación en la vida política como vehículo oficial de presidencia.